7 lecciones de Dinero de mis 42 Años
¡Feliz cumpleaños a mí!
En mi formación, cada siete años de vida, son un ciclo nuevo. Hoy estoy cerrando, gracias a Dios, mi ciclo número 6.
Mientras apago mis 42 velitas, te comparto las 7 lecciones que he aprendido del Dinero, en este, mi primer año full como empresaria.
1. El dinero se crea de diferentes maneras.
“Solo te van a dar un control de juego nuevo”, me dijo Ebonie, mi compañera de mastermind, minutos antes de que yo renunciara a mi trabajo corporativo.
Tanta razón. Los últimos 6 meses, me quedé solo por dinero. Fue muy duro. Claro, ahora saltada la tranca, sé que ese dinero puede crearse en 3 semanas. Solo son formas y ritmos diferentes de crear.
2. Colaborar, no competir.
Conocí a mi mentora Lisa, a través de un webinar que hizo Susan. Fue suficiente escuchar a Lisa para tener la certeza que ella era la indicada. Adoro a Susan por ser generosa y entender que a veces nuestra contribución radica en la conexión.
Servir de corazón, es tener el interés más alto de tus clientes, en primer lugar. Incluso cuando eso significa referirlos con otro especialista.
En este mundo solo hay colaboraciones. No competencia. Nadie puede ser más Justine que Justine. Solo yo puedo ser yo. De la misma forma en que nadie más que tú, puedes ser TÚ.
Dar crédito a tus maestros, o de quien ha inspirado cierta idea, es el camino más rápido a la riqueza.
3. A lo que le pones atención: CRECE.
Tengo el buen hábito de mirar mi archivo de dinero con bastante frecuencia. Justo este mes, estoy retomando el ritual de registrar ingresos diarios. Me ayuda a enfocarme, a llamar el dinero que requiero y dejarme sorprender por los lugares inesperados en los que aparece. También me da mucha paz, saber que puedo vivir una fantástica vida, con un número bien cortito de dinero. Eso me alivia. Siempre digo: “en el peor de los casos: puedo vivir con esto”. Es liberador.
4. Somos afortunados en comunidad.
Uno de los aciertos más grandes que me aplaudo, es invertir en programas LATINOS. Invertí con Andrea Rojas, Cris Urzúa y Nico Marrero. Sí invertí por el contenido, pero más por la comunidad. Ahí conocí a quienes son mis compañeros del Mastermind Super Poderoso.
Es andar por la vida, sabiéndose protegido. Tres de las conferencias en las que participaré este año, es gracias a que alguien dijo mi nombre. Los sueños se nutren de los latidos compartidos.
Lo mismo hago yo por mis practicantes de DivinoDinero y mis SoulMate Clients privados. Juntos somos invencibles.
5. Contratar a otros, llama a la riqueza.
Economía 101. Se llama ley de la ventaja competitiva.
Al país A, le cuesta 10 producir uvas, 5 producir queso.
Al país B, le cuesta 5 producir uvas, 10 producir queso.
Que cada quien produzca lo que es más eficiente y QUE VIVA EL COMERCIO.
Cuando reconocemos los talentos de cada quien y contratamos los servicios de otros, la contribución es mutua. En diciembre contraté a mi flamante Online Business Manager (es mi Angel de la Guarda, en realidad). El resultado ha sido ESPECTACULAR. En semanas, hemos avanzado lo que yo no pude en 18 meses. Bueno, hasta lanzamos el primer Amor Apache LAB: Cojones pa´cobrar, con publicidad y toda la cosaaaaaa.
Reconocer que mi zona de genialidad es la estrategia, las ideas grandes; mientras la zona de magia de otros es la ejecución, los detalles, investigar. Contratar mis debilidades ha sido el un tiro certero.
6. Vender es invitar
Esto lo aprendí de mi maestra Elizabeth Purvis (¡viste! Doy crédito, porque eso se multiplica). Vender es invitar. La primera vez que lo experimenté de forma visceral, fue cuando abrí las puertas a la generación 3 de #DivinoDinero. Literal, me puse a limpiar la casa, poner los manteles largos y la vajilla fina, porque empezaba la fiesta.
Mantenerme en el espacio de la invitación a mis programas ha sido una maravilla. Es energía. El entusiasmo se contagia. Además me mantiene humilde. Como diría mi papá: “Es invitación, no obligación”.
La fiesta está increíble ¿vas a venir?
7. Servir amplifica la gratitud.
La enorme diferencia de mi forma de recibir dinero, ahora, comparado con el corporativo, es que tiene la gratitud amplificada. O sea, antes, claro que daba las gracias por mi cheque. Le daba gracias a Dios, a mi jefe por contratarme, a mis clientes. Pero era un ente etéreo. Hoy, mi gratitud tiene nombre (y apellido, pero los guardamos por cosa de confidencialidad). Doy gracias a Lorena, Lety, Yuly, Sara, Nelly, Javier, Ingrid, Priscila, Jacque, Mónica, Luciana, Su… y a los cientos de clientes que me bendicen con su confianza y me privilegian con energía de su dinero.
Gracias infinitas a ti, por ser, por estar. Por construir juntos.
Gracias por que tu presencia, hace posible mi vida #BeyondCorporate.
Inicio mi ciclo número 7 con lo mismo que te deseo para ti: Claridad. Confianza. Cojones.
Abrazo,
Jess
P.S. Lluvia de memes en Instagram por mi cumpleaños. Lo recibiré con el corazón abierto. Taggeame así @jessicavazquez77