El lado oscuro de recibir...

Estuve en un evento de marketing digital con uno de nuestros socios estratégicos: Hotmart.

El equipo internacional de esta empresa, daría retroalimentacion a tres páginas de venta. Postulé la de DivinoDinero. Un día de sesión intensa, concluyó con la sorpresa de ver mi fotografía proyectada en dos pantallas gigantes, ante una audiencia de 173 personas.

Me sentía como paseando en calzones delante de todos. Así con mis cacheteros de negocios, enseñando hasta las tripas de mi página de ventas.

La verdad sin endulzar desfilaba. Todo el equipo de Hotmart despedazando los párrafos, me pasaron el micrófono. Algo así como para darme oportunidad de plantear mi caso en defensa.

Fue un ejercicio de total humildad. "OK, lo recibo", decía yo ante las observaciones. Además con mi oído de tísico, como decimos en México, yo escuchaba las murmuraciones mentales de algunos asistentes.

"No entiendo, claro que existe la escasez. Parece retrato, en serio ¿trae la misma chamarra hoy que en sus fotos? ¡WOW, 497USD pues qué enseñan!”

Conectar con el cuerpo me ayudó a relajarme.  Jessica: RECIBE.  Fue la instrucción que me dí.  Abrí el pecho, callé boca y agradecí TODO. 

Los juicios ajenos, el enrollamiento de ojos de los incrédulos… Entre todo eso, la joya de sugerencias que me daban más de cinco personas. Profesionales, expertos, con la generosidad y la autoridad moral que les otorga haber visto cientos de empresarios con facturación al menos diez veces la mía.

“OK, gracias, lo recibo.  Entiendo, lo recibo”.  Era mi mantra mientras respiraba y bajaba los hombros. 

Estar dispuesto a recibir, incluye oportunidades, dinero, halagos… ¡y juicio!  

Recibir es una cubetada de humildad y requiere cojones.  Ser visible es incómodo, pero la pena no paga las cuentas ni amplifica el impacto.

Al final pude recibir el gran regalo de esta auditoria, y celebrar la valentía de ser vulnerable y postularme (voluntariamente, ¡faltaba más!) sin estar a la defensiva.  Sin coraza, soltando los brazos abiertos pude conectar con la gracia del momento.

Lo compruebo una vez más, la práctica de DivinoDinero, ¡FUNCIONA!

¿Tú cómo andas en tu habilidad para recibir?  ¿Te viene fácil? ¿Cómo haces para cultivarla?

 
Abrazo,

Jess.

Jessica VazquezComentario