11 aprendizajes en 11 años de casados.
El Poblano y yo, este domingo celebramos nuestros primeros 11 años de feliz matrimonio.
Según él, una de las razones para nuestra felicidad conyugal es ¡su paciencia!
Jajaja snort snort snort.
Ya en serio, si pudiera resumir en una palabra, te diría que tenemos INTIMIDAD. No solo mental o física. Tenemos intimidad espiritual e intimidad financiera.
There, I said it.
Hablar de dinero, con la misma naturalidad que hablamos del súper o de las críticas de las películas, ha sido una hebra que hemos tejido y nos ha sostenido.
Desde mi muy particular punto de vista, cada pareja, igual que cada cartera, elige lo que le funciona. Aquí te comparto lo que nos ha funcionado a nosotros en estos 11 años:
Amarse no es solo mirarse a los ojos, es ver hacia el mismo lugar. Los anhelos compartidos, alinean las cuentas de cheques en un santiamén.
El monto del cheque, no determina el número de votos en la casa. No importa quien gane más, las decisiones se toman en pareja. Nadie tiene derecho de veto.
Separar los gastos corrientes, de los proyectos más grandes es eficiente. Nosotros tenemos una cuenta que llamamos “casa” y otra “proyectos”. Con la primera pagamos los gastos mensuales (comida, colegiaturas, súper). La segunda es para las sorpresas inesperadas de la vida (casi siempre viajes, jejeje).
Automatizar todo, garantiza la felicidad del hogar. Teléfono, luz, todos lo que pueda sistematizarse, agiliza la gestión. Revisamos una vez al mes que no haya cargos extraños.
Pagar por adelantado lo más que se pueda de servicios en enero, o el Buen Fin (predial, pago anual de agua, colegiaturas), nos ha ahorrado ya una buena lana.
El dinero que necesitaremos en menos de 5 años NO se pone en cuentas de inversión. Ya pagamos la novatada cuando perdimos una lana de nuestros ahorros para la boda. Poooobres almas en desgraaaaacia.
Reservar un presupuesto personal “libre de culpas y de explicaciones” nos mantiene independientes y sin rencor matrimonial. Evitamos comentarios burlones y sarcásticos sobre las preferencias monetarias del otro.
Todo es una gestión de expectativas. Cuando la capacidad de pago o de ahorro de alguien cambia, de inmediato se aclara, para revisar ajustes pertinentes. Siempre sabemos cuánto gana el otro y en qué lo estamos gastando. Cero secretos.
Honrar los compromisos monetarios, construye confianza de pareja.
Testamentos y cartas de beneficiarios de los seguros, todo en un mismo lugar. Se revisa una vez al año.
¡Pregunta! Los acertijos expansivos nos han dado gratas novedades ¿Qué tendríamos qué hacer para pagar la hipoteca en 5 años, en lugar de 15? Fue de las mejores preguntas que nos hicimos.
Ahora estamos entrando al terreno de revisar fondos educativos y consolidad nuestras opciones para el retiro.
Pronto les cuento mis hallazgos y elecciones. Me despido, que tenemos once velas qué soplar en ese pastel.
Abrazo,
Jess.